9 de septiembre de 2011

La dulce Manzana

No fue hace mucho tiempo que Dominique tuvo un trágico accidente, ella era muy bonita de pelo largo y ondulado, de ojos azules profundos que al verlos te perdías en su mirada. Ella era buena persona, muy amable y sensible al igual que su belleza.

Un día conoció a Eric, de ojos verdes y de cabello rubio. Un hombre seguro de lo que hacía, simpático, un poquito romántico, y un poco celoso. Los dos eran jóvenes, aún Dominique no sabía si él sería la persona con la que estaría toda su vida, pero él si estaba seguro de que ella era la mujer perfecta. Estuvieron un tiempo juntos para conocerse y ver las mejores cosas de cada uno, pero como en toda relación, conocieron los defectos del otro. Eric mucho no pensaba en lo malo de Dominique, si no que sólo se fijaba en las cosas más lindas que tiene y nada se le interponía para seguir su noviazgo.

Cada día que pasaba, Eric no dejaba de pensar en ella, la quería con un amor intenso, profundo y sin razón para dejarla. Con una mirada él podía decirle “El calor de tus abrazos hace que cierre los ojos lentamente, se cuando estas triste, y se cuando me mientes, se que lo haces para que no me preocupe como siempre”. Dominique tal vez no lo veía de esa forma. Si bien lo quería, no lo amaba como si fuesen imanes con igual polaridad que al chocar debe ser necesidad el amor de uno por el otro”.

Con el tiempo Dominique conoció a Matías. Morocho y alto, de ojos grises e inteligente. Creía que podrían llegar a tener algo, a ella le gustaba mucho su personalidad y la forma en hacer las cosas, hacerlas con talento. Matías al igual que Eric, se fijó mucho en las cosas buenas que tenía Dominique.

Con el correr de los días Eric se dio cuenta de que ella andaba en algo raro, pero no le dijo nada para poder estar seguro. Pero un día de esos, la vio con su mejor amigo, y entonces todo ese amor que le tenía no significaba nada a comparación del odio y la amargura en que se convirtió.

Pasando el tiempo, Dominique lo empezó a notar que se comportaba diferente con ella, como si no la quisiera más, que sólo fue una página de la vida que tenían que dar vuelta. Pero ella, no sabía que se conocían y como aún dudaba entre dejar a su pareja y quedarse con Matías, prefirió no decir nada, aunque cada vez lo veía peor a Eric, no decía nada.

No pasó mucho tiempo desde que Eric vio a su mejor amigo yendo de la mano de su media naranja, y fue el día en que todo cambió. Dominique había ido a comprar comida para cocinar la cena y cuando pasó por la plaza que quedaba a tres cuadras de su casa, miró a dos hombres que estaban peleando y se dio cuenta de que uno de ellos era su alma gemela y el otro un amor más en la vida. Pero en un momento ella se quedó paralizada cuando vio que Eric sacó un revolver y le disparo en la espalda a Matías. Ella no entendía nada como si hubiera quedado en shock al ver como sangraba tirado en el piso. Eric ya no se podía controlar él mismo, y entonces le empezó a apuntar a un recuerdo hermoso que tuvo, pero no se atrevió a tirar del gatillo, si no que le arrojó el arma hacia ella y le dijo – has conmigo lo que quieras, ya no te merezco ni merezco nada en la vida.- Cuando ella escuchó, sintió y vio toda esta escena le agarró un odio que agarró el revolver y le disparó en el pecho, como un nene estuviera sacando los clavos de la pared, pero se da cuenta de que dejó un hueco en cada uno de ellos y eso le ocasionó tristeza, culpa, enojo y amargura; parecía una montaña que dejaba caer una avalancha de lágrimas, entonces no tuvo otra idea que ponerse el arma en la garganta y dejar que su alma salga de su cuerpo con dolor.

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